La vuelta al cole nos trae de cabeza!! Nunca mejor dicho; ya que aparte de lidiar con todos los quehaceres que eso conlleva, tenemos que librar otra batalla: la presencia en la cabeza de nuestros hijos de piojos. Si, esos malditos intrusos que no hacen más que complicar la existencia a los padres viendo el sufrimiento de nuestros hijos; los cuales, además de la emoción con su reincorporación escolar, se muestran todavía más inquietos o nerviosos.
Intentaremos mediante éste post dar algunas pautas y consejos, tanto de actuación como de tratamiento; así como, desmitificar algunas creencias sobre estos huéspedes tan peculiares.
Los piojos son unos insectos parásitos muy pequeños que proliferan en el cabello humano y se alimentan de pequeñas cantidades de sangre que extraen del cuero cabelludo. Éstos pequeños “vampiros” son un problema habitual sobre todo en niños de 3 a 12 años, y con mayor frecuencia en niñas. No son una enfermedad ni representan un problema de salud pública; pero si son muy contagiosos y pueden llegar a ser bastante molestos.
El picor que originan se debe a la irritación que produce su saliva en nuestro cuero cabelludo cuando se están alimentando; y el cosquilleo que notan en la cabeza se produce cuando estos se desplazan por ella. El rascado sí que puede conllevar enrojecimiento de la piel, pápulas e infecciones bacterianas.
Debemos distinguir entre Piojos y Liendres (huevos); si bien, la presencia de cualesquiera de ellos es indicativo de infestación, y por tanto, motivo de tratamiento. Sólo debemos tratar si observamos su presencia (piojo o liendre); sino, y ante una notificación del colegio u otro centro, deberemos proceder a revisar regular y minuciosamente la cabeza de nuestro pequeño mediante el uso de una lendrera.
El tratamiento podríamos decir que consta de dos fases:
1.- La aplicación del producto pediculicida en cuestión.
2.- La retirada mecánica (manual) de las liendres.
Para la elección del tratamiento más adecuado os recomendamos acudir a vuestro farmacéutico de confianza, quien os explicará la forma correcta de utilización dependiendo del producto en cuestión. Aunque hay muchos productos con composiciones diferentes para el tratamiento de los piojos, os indicamos dos de ellos que por sus características nos parecen bastante interesantes: uno es el Antipiojos Isdin® que no contiene insecticidas (totalmente natural), activo frente a liendres y piojos con una sola aplicación, y en tan sólo 10 minutos (más información en youtube “antipiojos isdin”, video demostrativo de aplicación del producto); el otro es OTC Loción sin insecticida pieles atópicas que contiene un activo calmante (Symcalmin) indicado para éste tipo de pieles tan sensibles y reactivas. Existen también acondicionadores de pelo para facilitar la retirada posterior de las liendres con el uso de la lendrera. Es conveniente que los tratamientos se repitan a los 7 días, con el objetivo de erradicar completamente cualquier superviviente que haya quedado. Excepto las formulaciones en champú, los tratamientos deben aplicarse siempre con el pelo seco haciendo especial hincapié en la zona de la nuca y detrás de las orejas; asegurándose que todo el cuero cabelludo y pelo queda impregnado del producto.
Si tu hij@ no está infestado pero has recibido notificación de infestaciones en lugares donde tu hij@ suele frecuentar, puedes utilizar productos que actúan como repelentes de piojos para prevenir el posible contagio. Alguno de ellos, como el Filvit® Protector en colonia, presentan un agradable olor para el niñ@ sin irritar y siendo bien tolerada; también los hay en champú, que contienen aceites naturales, como el Arkopharma® Stop Champú ó el Stop Kids aceite del árbol del té. Se recomienda revisar el cabello húmedo con una lendrera al menos una vez a la semana.
Y, recuerda que…
Como conclusión os comentamos que un factor clave en el tratamiento de éste tipo de pediculosis es armarse de mucha paciencia. La mayoría de los fracasos en los tratamientos son consecuencia del uso de un producto inadecuado, realización incorrecta de la técnica, reinfestación o resistencias.
Artículo elaborado por:
Felipe Herencia Salabert,
Farmacéutico en Farmacia Universidad - Elda